EL INCENSARIO

REFLEXIONES PARA UN ENCUENTRO... LA GRATITUD

Antes de que la vorágine de sentimientos se apaguen en mi pecho, y con la serenidad del que ha recuperado su vida diaria y algunas horas de sueño, es hora de hacer balance…

Es difícil en una sola entrada expresar tantas cosas, tantas alegrías y tantos disgustos, tanta satisfacción y tanto desencanto. Sin embargo, es de justicia que comience a expresar todo ello de la misma forma que lo hice el día antes de que todo llegara, y como si de una Semana Santa se tratase, se fuera… Y no es otra forma que dando las GRACIAS.

Porque cuando uno se pone a pensar en lo acaecido estos días, el primer hito que se encuentra en su camino es el de la GRATITUD.

Gratitud hacia todos los que habéis estado sufriendo todos los devenires de este Encuentro Nacional de Cofradías y que dejados llevar por una gran amistad, ya existente en muchos casos, y naciente en otros, sois los auténticos artífices de que las piezas de nuestro engranaje funcionaran.

Y como todos sabéis lo que os aprecio dejadme que cite en primer lugar a dos personas: Gonzalo con su “poder de bilocación” que ha sido mi tabla de salvación en las tempestades de la organización, y Sergio por echarle tantos huevos a la vida y ser mi referente en el ser cofrade. No hay en Ciudad Real persona más capillita que tú, macho.

Gracias a Mari Carmen y Paco, y no os voy a decir más veces que gracias, porque se me cabrean… Qué suerte teneros como amigos.

A Jesús, porque había perdido la esperanza en la bondad de la gente y tú me has hecho recuperarla.

Gracias a Gonzalo Barrera, por su ayuda y por conseguir que el día 26 obtuviéramos la mejor noticia del Encuentro: la entrada de Jesús en la Jerusalén Salesiana.

A Carmen, incansable trabajadora.

A Fran, que cantas casi tan bien como buena persona eres.

A Pedro Pablo, por ponerme los pelos de punta.

A Leticia, por ser la amabilidad hecha cofrade.

A los chavales del Grupo Joven del Descendimiento: Félix, David… por desdoblaros para estar siempre disponibles.

A Arturo, por darme la tranquilidad de dejarlo todo en sus manos… Eres único. Qué bonito se ve en los vídeos…

A mis primos, a nuestra Laura y a tí por echarnos un capote en la parte más ingrata de la organización, y por aguantarnos estos dos meses…. Todo sea por la satisfacción del Cabildo…

Gracias también a aquéllos que desde sus distintas responsabilidades han tenido mucha culpa de esto. En primer lugar a Don Antonio Lizcano, y es que este hombre de Dios (y de la Virgen del Prado) merece una entrada aparte… Dios le guarde muchos años.

A las Madres Carmelitas, que con sus voces llegaron a las bóvedas de la Catedral esa mañana del sábado.

A mis Hermanas de la Cruz, y digo mis, porque son parte de lo más bonito de mi vida…

Gracias y GRACIAS DE VERDAD, a mis AMIGOS COFRADES, que me han sostenido con su aliento cuando veíamos que todo se nos caía encima… A Javier (al final lo conseguimos y ya hay una Morena en el Camarín por siempre Cautiva de Su Mirada), a Sonia por tantos años de afecto, por sus palabras, por sus sonrisas, por darme la ENORME SATISFACCIÓN de que aunque yo no pudiera disfrutar de muchas cosas, tú y muchos como tú, que son COFRADES DE VERDAD (un abrazo para vosotros también: Alex, Sergio Blanco y Torres –cuántos frutos buenos ha dado la Misericordia..-) habéis sido felices estos cuatro días, y por ser mis ojos en este Encuentro.

A Lalo Garrigós, rara avis, en este mundo de descastados, fiel a Su Palabra, leal con sus amigos y mejor persona aún que piadoso (y ya es decir…). A Fran y Saúl Pajarón, siempre presentes cuando de amar a nuestra ciudad y a nuestras tradiciones se trata.

Gracias Manuel, por emocionarme con tus emociones. Y es que cuando el alma no está presta a emocionarse es difícil que se te escapen los sentimientos por el lagrimal. Y yo lo hice dos veces: cuando La vi salir y cuando te vi emocionarte…Ejemplo Cofrade. Que pena…

Gracias a mi Hermandad de las Penas. Otra vez ejemplar esa mañana de sábado en honor a la Flor del Carmelo. Lástima que la miel no esté hecha para la boca del asno…

Gracias a la Hermandad del Nazareno por su ayuda y su presencia en los actos religiosos. Cabe recordar a los pseudocofrades que no solo había procesión en el Encuentro…si es que hay mucha envidia por ahí…

Gracias a la Hermandad del Prendimiento por su saber estar. A Adela, Mauri y Fran que tantísimo nos facilitaron el trabajo.

Gracias a la Hermandad de la Esperanza por su ilusión. A su Hermano Mayor, a Esther, a Juanjo, por su comprensión ante las cuestiones que se iban suscitando y por haber demostrado cómo se debía afrontar anímicamente este Encuentro.

Gracias a Pastor por duplicarse, triplicarse y cuadruplicarse, y por mantener la llama de la ilusión viva…

Gracias a todas las Hermandades que asistieron a las misas de 8:30 del viernes en San Pedro y del sábado en el Carmen, así como a la Procesión y al Pontifical del domingo. Por su compromiso cofrade y cristiano.

Gracias a las Hermandades del Cristo de la Piedad y la Virgen de los Dolores por hacer si cabe aún más bella la Catedral.

Y a la Hermandad del Descendimiento no le voy a dar ahora las gracias… porque esta Hermandad es otra historia…

Gracias Emilio, por desgastarte tanto por nuestra Semana Santa. Ya hablaremos… Lo que nunca nadie podrá negarte es tu trabajo y tu esfuerzo.
Gracias a los que han regalado a la Historia las imágenes del Encuentro: Ernesto, José Luis Castro…

Gracias a nuestras dos bandas cofrades, por poner sonido a nuestras emociones.

Gracias a los cuerpos de acólitos por aportar la luz y el aroma cofrade a la Procesión.

Gracias a Teresa Aguirre, a los Servicios de Mantenimiento y Jardines de nuestro Ayuntamiento, a la Diputación y a la Delegación de la Junta de Castilla-La Mancha, por su diligencia.

Y como escribía el día 23 gracias a todos aquéllos que en este mundillo cofrade tan insano y tan ingrato, habéis aparcado vuestros desencuentros personales en pos de un auténtico encuentro cofrade…

Gracias a aquéllos a los se me olvida dar las gracias.

Y gracias a aquéllos que, seguro, ya me han perdonado los errores que pude y pudimos cometer durante el Encuentro, cualquier mal gesto, palabra o forma de actuar. Desde aquí mis más sinceras disculpas.

Y para terminar Gracias a Dios de que no me diera un infarto…