El paso enfila la calle Cuenca y diviso al fondo una Cruz de Mayo, la misma que la noche de antes MI FAMILIA y yo habíamos levantado con toda la ilusión del mundo. Una vez delante de mi Hermandad, de mi gente, todo fue más fácil, pocas palabras hacían falta para decirle a los chavales que todo tenía que salir perfecto,ellos ya lo sabían y no me defraudaron nunca.
Una vez acabado todo esto, muchas horas pensando, muchas llamadas de felicitación, pero 2 momentos, 2 cuadrillas y una frase que nunca se olvidan.
El momento de ver la silueta de la cara de aquella monjita del Carmelo iluminada por una llama, con el único fin de ver juntas a dos Cruces de Mayo de dos hermandades vecinas y amigas. La Iglesia de nuestra ciudad debería tomar nota de todo lo que rodea la vida de este convento... que apunte alguno mientras da misa allí que falta hace.
El momento del saludo a MI FAMILIA, no digo más.
Dos cuadrillas que hicieron posible todo esto y que se comportaron como merecía la ocasión, gracias a todos esos corazones jóvenes que difícilmente espero olviden esto..
Y una frase, la frase de mi familia diciéndome algo, que desde ese momento, no hizo otra cosa más que alegrarme la vida en esta dura semana... estamos orgullosos...
...y yo de vosotros!
1 comentario:
Despues de todo lo que he leido hoy aqui, me he quedado mudo de emoción, y solo puedo decirte una cosa. GRACIAS, es un honor y un orgullo trabajar juntos para nuestra Semana Santa.
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