jueves, 23 de abril de 2009

La luz en las tinieblas resplandece,
y las tinieblas no prevalecieron contra ella...


«Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se desvaneciere, ¿con qué se salará? No vale ya para nada, sino para ser echada fuera y pisada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad que está puesta sobre un monte no se puede esconder. Ni encienden una antorcha y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa» (Mt 5,13-14).

A aquellos que con su luz han dignificado la palabra COFRADÍA.

A aquellos que han perdido la luz, para que la recuperen...

A aquél que ha sido tocado por la luz...

Regina decor carmeli, ora pro nobis

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