sábado, 2 de marzo de 2013

Regalo...



Sueñas aún con la ternura del tiempo incipiente… y ya ves… has sido capaz de llenar de brisas nuestras horas en vela. Y nosotros aquí pendientes de cada suspiro de esta primavera de rosas, atentos a cada sonrisa que nos regale tu alma inmaculada, llenando nuestros días de tus besos… 

Aquí, en la frontera del tiempo que no pasa, en estos días que transcurren como ayer y discurrán como mañana... Porque en este tiempo de la vida que no cesa, todo transita en la quietud de las sensaciones repetidas.

Y en estas emociones nuevas que nos amarran a Sus Manos, encontramos la grandeza de este ser íntimo que se renueva cada primavera. 

Aquí, ahora, en el tiempo sin tiempo del rito repetido se vuelve indivisible lo que fue, lo que es y lo que será.  Porque junto a los últimos suspiros de los que ya gozan de la primavera eterna, están los primeros gemidos de los que nacen a este ser cofrade… No somos sino eslabones de una cadena de gozos en este transitar de siglos. 

La fe, nuestro mejor regalo, la que nos dejaron y la que dejaremos a los que vienen. El amor, nuestra mejor arma. La fidelidad a la tradición nuestra bandera… 

Hoy jurarás reglas, en tu Cofradía, la de tus padres, ante Su Mirada de azabache, como tantos que han venido contigo, como lo hicieron, en esta y otras cofradías aquéllos que ya viven un perenne Domingo de Ramos… Es la renovación del ser cofrade. Imperecedero. Es tu regalo, tu mejor arma, tu seña de identidad…

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