No lo anuncian carteles ni cuñas publicitarias, pero los sevillanos y sus devotos de toda Andalucía y Extremadura, de toda España, saben que la cita es hoy 2 de marzo en la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz. Una cita para conmemorar su muerte hace 78 años y sobre todo una cita de vida, para pedir por los asuntos que nos preocupan y sobre todo dar gracias por tantos favores recibidos. «Calderilla de milagros», llamaba el padre José María Javierre su vicepostulador y su biógrafo, -que desde el pasado mes de diciembre tiene con ella interesantes conversaciones en el Cielo- a esa incesante lluvia de favores de todo tipo, pequeños milagritos, ternuras de Madre que quizás Roma nunca diera por válidos si los analizara una comisión de teólogos pero que configuran su fama de santidad.
El 2 de marzo de 1932 expiró en su tarima de madera Sor Ángela de la Cruz. Llevaba nueve meses enferma porque el 7 de junio de 1931 sufrió una embolia cerebral. Sus últimas palabrasfueron las del padre Torres «No ser, no querer ser, pisotear el yo», que pronunció el 28 de julio, y luego pasó nueve meses enferma, sin habla, cosida a la Cruz.
Su muerte provocó una conmoción en Sevilla, tal era su fama de santidad. Murió Sor Ángela el día 2, . miércoles, a las tres menos veinte de la madrugada, y en la misma tarima fue llevada por sus hijas a la Capilla. Desde ese día hasta el sábado día 5, en que fue enterrada, sevillanos de toda edad, condición y clase social acudieron a rendirle el último homenaje. El viernes día 4, dos días después de su muerte, el Ayuntamiento Pleno, presidido por el alcalde José González y Fernández de laBandera acordó por unanimidad que se rotulase con su nombre el tramo de la calle Alcázares en el que está enclavada la Casa Madre. Ese mismo día varios doctores reconocieron el cadáver manifestando queestaba en perfecto estado y no presentaba rigidez cadavérica ni signos de descomposición. El notario Félix Sánchez Blanco levantó acta de todos estos detalles. El día 5 se enterró Sor Ángela en la cripta del Convento, gracias a las gestiones que realizaron el cardenal Ilundáin y las autoridades porque las leyes de la II República prohibían el enterramiento en sagrado.
Imagen de Santa Ángela de la Cruz para Ciudad Real. Obra de Luis Fernando Ramírez Mata
Desde 1932 los días 2 de marzo son fiesta grande en Sevilla, a veces en plena Cuaresma como este año, a veces prólogo de ella. Hoy se puede contemplar el cuarto en que murió Sor Ángela y sus objetos personales. Ese día las niñas de los Grupos de Sor Ángela reparten las violetas, la flor de la humildad, que los devotos pasan por la tarima, así como crucecitas de madera y reliquias. Violetas de humildad y una devocióntan grande, y tan auténtica que se resume en una reliquia como auxilio perenne, cercano, lleno de ternura, como puente seguro hacia Dios.
Fuente del texto y la primera foto: ABC Sevilla.
Segunda foto de Juan Carlos Vela Cabezas.
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