sábado, 1 de septiembre de 2012

La Rosa de Septiembre...


El aroma fresco de la brisa nos marca el final de un tiempo y el inicio del retorno…


 
Es la vuelta a la fragancia de las rosas. El final del exilio de los sentidos. Como si de otro rito se tratara, aguardamos Tu mirada de azabache para que el arcón de los recuerdos nos devuelva a las cosas de siempre.



Es este céfiro de los gozos, el que nos llevará a un septiembre fundido en su equinocio, como siempre, por Tus manos entrelazadas en Dolores.



Un septiembre más perchelero que nunca, marcado a fuego en el costado de la Ciudad, abierto a los siglos en los brazos extendidos del Santo Crucifijo de Santiago. Un septiembre regio, porque inmensa es la Caridad del Rey del Perchel…



Aún retozarán las últimas glorias en el espíritu allá por las Huertas, el Pilar, los Remedios o la clausura Carmelitana, pero en este devenir de los sentires, sabemos que el compás del tiempo nos devolverá inexorablemente a Ti, para que en el parterre de las cosas cofrades, vuelvas a inaugurar el tiempo grande…



Hoy volveremos a estar más cerca, si cabe. Es el dulce olor de tus caricias el que esconde tantas y tantas confidencias que nos decimos sin mediar palabra… Me sobra el mundo cuando tengo el arrojo de mis besos en Tu manto… Son tantas las esperanzas que tengo depositadas en el infinito de tus perfiles…



Hoy, como ayer, como siempre, será el perfume de tus sendas el que nos marque el camino de la gloria… porque ha vuelto a florecer la Rosa de Septiembre…


(A Leti, que siempre gusta de leer mis paranoias)

1 comentario:

lετïсïα dijo...

De paranoias nada. Deleite para la vista más bien y admiración por degustar sentimientos realzados por la belleza de la forma que le das.

A mí es que ya sabes, se me acaban las palabras para definir lo que me gustan estas entradas (que bien podrían editarse, una tras otra, en el libro barroco de la oda al sentimiento del cofrade, con sus letrillas doradas en la portada y todo). Es la gran desventaja de ser mente de ciencias, qué le vamos a hacer ;)

¡Un abrazo, Miguel!