Así se anda con un misterio, un andar elegante, con un repertorio clásico, sin cambios, pausado, lento, tranquilo... el Señor del Perchel el pasado año demostró que es uno de los misterios que mejor anda en nuestra capital. Momentos de ensueño bajo esas sagradas trabajaderas, muchos momentos inolvidables incapaces de poder ser plasmados por boca de nadie si no han sido vividos ahí debajo, a los pies del Señor de la Caridad.
Pedazo de chicotá en el corazón del barrio del Perchel
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