miércoles, 16 de marzo de 2016

Nosotros.

¿Volvemos a preguntar, como dijo el gran Antonio Barbeito, quien aloja más Dios en sus costados? ¿Acaso se puede medir el cariño, la devoción, la fe? ¿Seguiremos anteponiendo nuestros egos al bien común de lo que amamos? Al final, sólo tenemos una certeza, y esa está escrita a fuego en Tu mirada. Y eso solo Tú y yo lo sabemos... Lo siento, pero el gozo de los pseudocofrades cierrabares se ahogará en las lágrimas de mis mejillas cuando el próximo miércoles abroche los botones de la túnica de mis hijos, sellando así el compromiso que adquirimos entre nosotros... Mientras tanto, Padre Bueno, sigue mirándonos. Siempre...


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