jueves, 13 de marzo de 2014

EGO SUM...


Es la brisa suave que templa las inquietudes de este marzo que se avanza… Es la roca firme que sustenta el ánimo frente a los desvelos del alma… Es el ocaso lento que se pierde tras sus llagas… 

Se nos entrega Dios, el mismo Dios que se hizo carne en entrañas de Consuelo… Se nos ofrece el Cordero, entre las sombras tibias de esta Cuaresma que se nos arroja directa a lo más hondo de nuestro ser.

Es Cristo, el que debería vivir en mí, y yo en Él, y me empeño tantas veces en apartarme de Aquél que siempre me espera, atadas las manos y dulce en su mirada… 

Pero he ahí el Hombre, el Adonai, que se entrega a mí, encumbrado en las alturas de la cera y de la flor. He ahí mi Vida, y mi Esperanza, mi alivio y mi promesa de bendiciones…

La tibieza de mis pasos por el camino que cada primavera me lleva a Ti se contraponen a la firme quietud de tus pies gastados en besos… Buscamos sendas que nos lleven a Ti, y en realidad eres Tú el que lanzas hacia nosotros senderos de Verdad con palabras que sólo puede escuchar el corazón. Buscamos caminos y Tú eres el Camino… Queremos asegurar nuestras vidas, y la Vida nos aguarda tras los olmos centenarios… 

Sólo me queda abandonarme a Ti, o mejor, todo me queda, si me abandono a Ti, Padre, Hermano, Amigo, Señor bueno…

Como cada año, allá donde se pone el sol, se nos ofrece el Pan de Vida… Ego Sum… “Yo soy..”.

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