Y es que estamos en tiempo de esperanza… y pienso en
aquel hombre tímido, con barba, “Jesús”
le llamaban, que sin ningún medio pero con la mejor herramienta, sus obras,
cimentó y levantó una gran casa, con la primera luna llena de la primavera por
techo y las estrellas de tantas noches aguardando tras las ventanas. Pasó noches
velando almas y plegarias, noches de pies desnudos, sin saber ni ser consciente
de quien terminaría siendo para todos nosotros. Él, orgulloso, nos dio absoluta
libertad desde nuestros primeros días, y nos dejó disfrutar del mejor de sus
regalos, la vida. Nos dejó bien claro que
en su casa, no cabían las vanidades, ni los besos de veneno y culpa, ni
las monedas manchadas de traiciones. Ilusión, sólo ilusión. Y mucho trabajo.
Callado, sin anunciarse, a imagen y semejanza suya.
Nosotros, en Ciudad Real,
hemos convertido ese grandísimo ejemplo para la humanidad en algo un tanto
diferente en los últimos meses. Sin embargo, todo tiene un principio y también
un final, y tras un trabajo hecho, muchos años
a la espalda en el cargo y de muchos sudores bajo este difícil y pesado
paso que es la Semana Santa, hoy se pasa página, y comienza un nuevo capítulo. Vendrán
noches de frío, de Miserere a los pies del Nazareno, de súplica junto a Cristo erigido sobre los adoquines de
la rampa de San Pedro, y a semejanza de Jesús, cuyo pudor le impedía obtener
cualquier reconocimiento público, se
trabajará incansablemente en una sola idea, la de trabajar por la unidad de las
Hermandades. Y esa unidad, sólo se puede alcanzar volviendo a los valores que
Jesús nos enseñó: trabajo, oración, ejemplicidad, solidaridad, RESPETO. O lo
que es lo mismo, todo lo contrario a la imagen que estamos dando. Será la
vuelta a sentirse Iglesia, y sonreiremos orgullosos de ser cristianos-cofrades,
y cofrades-cristianos. En torno a ello, se volverán a vertebrar esos
sentimientos que acariciamos cada Domingo de Ramos en Los Ángeles o cuando cae
la noche del Viernes Santo por los Remedios. Se vertebrará una Semana Santa con
unos profundos valores, de los que todos estaremos orgullosos.
Enhorabuena
de corazón a Sandalio León, a Jesús Segura, a Carlos Lillo, a Sito Cantero, y a
todas y cada una de las personas que componen este nuevo sueño, pues ellos serán el timón de la nueva Comisión
Permanente que hoy Jura el cargo. Sois esa pieza imprescindible de cordura, de
fe inquebrantable….Vosotros, ya ratificados por nuestro Señor Obispo, pondréis los
ojos y la voz a lo que siente nuestro pueblo y que pervivirá por los siglos de
los siglos, por encima de las personas. Y es que, todos somos perecederos, en
nuestros cargos y en nuestros cuerpos, y eso, precisamente eso, es lo que nos
salva. Es esa Cruz universal que se alza en Piedad en las piedras catedralicias
la que debe ser vuestro referente, recordando que siempre florece cuando llega
abril.
Y es que, ¿por qué no soñar ya con esa primera luna llena de
primavera?
Estamos en tiempo de esperanza…
2 comentarios:
Una bonita forma de hablar de este tema en pleno Adviento, que sorpresa encontrarme este blog. Saludos desde Manzanares
Con su permiso lo copio para mi blog
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