Nos acostábamos ayer todos los integrantes de la cuadrilla de María Santísima del Consuelo, con la felicidad compartida de la paternidad de uno de los nuestros. Porque cuando se aprecia a la gente, su felicidad es la tuya. Ahora empieza un nuevo camino en las vidas de Ruth y Javier, un camino que seguro irá de la mano de María del Consuelo. Que el Señor de la Piedad os colme de bendiciones en esta nueva y maravillosa tarea de ser padres de esa preciosa niña, con ese precioso nombre... Prado.
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